Reflexiones para ayudar a madres y padres a organizar la primera salida de sus hijos, tras estas semanas de confinamiento.
Psicología en Casa
por Marina Gómez
Como ha anunciado el Gobierno, este domingo 26 de abril tus hijos e hijas, menores de 14 años, van a poder salir de casa, ejerciendo su derecho a estar en espacios abiertos, a recibir la luz del sol, y a moverse. Todas estas son necesidades indispensables para su correcto desarrollo físico y psíquico y que reconoce la Convención por los derechos de la infancia de Naciones Unidas.
Ha sido un mes y medio de confinamiento estricto que, según las distintas características y posibilidades, unos y otros lo habrán vivido de distintas formas. En tanto tiempo, cada miembro de la familia habrá tenido tiempo de pasar por diversos momentos, estados emocionales, climas grupales… Ahora, se abre la posibilidad de salir, siguiendo ciertas indicaciones, y la primera pregunta que se debe plantear y plantear a vuestros hijos e hijas, es si deseáis hacerlo. Es posible que al principio la idea angustie, es una reacción normal, nos han asustado mucho. Si crees que lo vas a pasar más mal que bien, espera a volver a acostumbrarte, a ver de nuevo niños con adultos en las calles y, cuando os sintáis preparados, propónselo a tus hijos. En esta conversación, es posible que se expresen diversos miedos de unos y otros, que es mejor escuchar y aceptar. Si no desean salir, no les fuerces. Habrá más días. Deja que sean ellos y ellas quienes lo decidan.
Para ayudarte a organizar esta primera salida, voy a compartir contigo algunos consejos y reflexiones.
Antes de salir…
Explícales las condiciones que nos impone el gobierno, fijad unas reglas mínimas e imaginad juntos los posibles imprevistos, y las reacciones más adecuadas en cada caso. ¿Qué pasa si alguien se nos acerca? ¿Y si vemos que hay policía en la calle? ¿Y si te encuentras un amigo? Puede que alguien se ponga nervioso, que tenga miedo si cree que podemos romper la distancia de seguridad. Ten en cuenta el punto de vista de los demás ciudadanos y háblalo con los niños.
Según la edad de los pequeños, lo ideal es proponer alternativas y decidir juntos el recorrido ¿cuál de ellos prefieren? y ¿por qué?
Si hay algún objeto que quieran llevar habla sobre cómo podrán utilizarlo en el exterior.
Evita ponerte expectativas muy altas: el éxito es volver a compartir en familia el espacio exterior. El tiempo que estés fuera, que sea de calidad. Ten en cuenta que si empiezas a agobiarte es mejor agradecer lo paseado y volver tranquilamente a casa hasta el próximo día.
Durante la salida…
Recuerda que sales con tu hijo o hija, no se trata de una mascota a la que sacas a pasear para hacer sus necesidades. Por ello, intenta estar presente, observar sus reacciones, escucharle y compartir con él o ella este momento especial. Es un momento ideal para descubrir las calles desde su mirada y con ojos nuevos, como si fuera la primera vez.
Las calles no son radiactivas ni están revestidas de una película invisible de virus. Evita reducir el paseo a una experiencia de continuas prohibiciones: no toques eso, no te alejes, no, no, no… etcétera plantea los límites y las normas que quieres seguir antes de dar el paseo, y sé razonable.
Si te cruzas con alguien, mantén la distancia de seguridad y saluda como lo harías un día normal. El distanciamiento social es físico, no emocional. ¡Expresar alegría o gritar es saludable!
Seguramente los niños van a echar de menos aquella calle que conocían, ya que ahora es, de momento, distinta. Pero es también su calle, su pequeño espacio de expansión…
Aunque el tiempo máximo es una hora, dependerá de cada día. Si tu hijo no quiere estar mucho fuera, no le fuerces, respeta su deseo, lleva más de un mes confinado, y puede que le cueste. Recuerda que al día siguiente podéis volver a salir.
Después de la salida
Anímalos a celebrar vuestro primer día al aire libre con algo especial: una comida que les guste, una decoración distinta…
Expresad y compartid vuestras vivencias, las sensaciones que habéis tenido, las sorpresas, los descubrimientos, los miedos, las alegrías…