Las lágrimas y el recuerdo a una pena que no tiene fecha de caducidad

CULTURA
  En el día de ayer sábado se ponía fin a las terceras jornadas de Memoria Histórica de Beas, en lo que fue una mañana intensa tanto de información como de emociones.
  En primer lugar se reconoció el trabajo de investigación de la comisión de Memoria  Histórica en Beas, que ha sido de los más extensos, y en el que más nuevos datos a aportado a lo que pudo ocurrir en aquellos años de represión militar donde murieron tantos besinos, beasinas y onubenses de forma injusta, y en el que sus familiares quieren honrar su memoria descubriendo la verdad o aproximarse lo más posible a lo que pudo ocurrir por duro que sea conocerlo.
  Al iniciarse la jornada el autor de la fotografía que lleva el cartel, Tomás Milhou quiso mostrar la censura que había en aquella época que había que callar y mirar para otro lado.
  A continuación, llegó el momento más emotivo de la mañana, más emotivo y más duro, escuchar los testimonios de vida y de muerte de aquellas personas que murieron asesinadas y en algunos caso no se sabe muy bien por qué.
  Los testimonio son muy emotivos porque son contados por sus protagonistas, y el salón de actos del centro de servicios sociales se quedó mudo y sin poder contener las lágrimas ante las historias de vida de beasinos que perdieron la vida de forma injusta. Destacamos la emoción de Mª Ángeles González Caballero al hablar de su abuela María González y de otras dos mujeres que como ella fueron juzgadas y encarceladas. Francisca González (su hermana) y Francisca Luceño.
  Mª Ángeles con la voz entrecortada soltó frases como «¿hasta cuándo se permite hablar de los tuyos?, ¿ la pena tiene fecha de caducidad?, ¿ hay mucha diferencia entre nuestro dolor y el dolor de las víctimas de ETA porque hayan pasado más años ? ¿ por qué aquello se trató de que era lo irremediable? «. Frases en las que cualquiera de nosotros puede entender el dolor y la lucha de todas esas familias que buscan encontrar la verdad y así honrar la memoria de sus familiares.
  Tras los testimonios llegó el turno de mostrar el extenso informe del trabajo realizado por la comisión de Memoria Histórica beasina, donde se mostraron todo tipo de documentos que verificaban la crueldad con la que se pudo vivir en aquellos años.
  Para finalizar estas terceras jornadas se desplazaron a la calle Antonio Rodríguez Waflar, dónde el Alcalde de la localidad y miembro de la comisión Memoria Histórica de Beas leyó una emotiva carta escrita por sus nietas Maite y Manoli antes de descubrir la nueva rotulación dónde se ensalza la figura del que fue primer teniente de alcalde y alcalde en funciones antes de ser asesinado en Trigueros un 16 de agosto de 1936.
  De esta forma se puso fin a las terceras jornadas de memoria histórica de Beas con una gran participación y con nuestro reconocimiento a todas estas personas que viven con el objetivo de dignificar y honrar la memoria de sus familiares.

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