El pasado viernes D. Manuel Sevillano hacía oficial la decisión que desde la Diócesis de Huelva se había tomado . Un año después el párroco de la localidad beasina dejará de serlo » Después de haber vivido y estado durante este curso en Beas , aquí he sido muy feliz y he disfrutado mucho con vosotros compartiendo tanto como Dios nos ha regalado«, declaraba.
En ese comunicado explicaba que «Ahora el Señor Obispo viendo las necesidades de toda la Diócesis ha hecho muchos cambios y ha decidido que yo me vaya a Aracena y a sus aldeas».
Esta decisión ha dejado un profundo pesar entre la comunidad cristiana de nuestro pueblo , ya que Manuel a pesar de llevar poco tiempo se ha ganado al pueblo y ha estado rezando por todos y cada uno de nosotros cada día y sobre todo en estos tiempos tan difíciles y en los que tanto nos hemos aferrado a la fe , pero » Así es la vida de los sacerdotes, vivir la voluntad de Dios donde la Iglesia nos necesite. Nosotros tenemos que ser fiel a lo que Dios quiera. Todos estos cambios se harán a lo largo del verano. Aquí a Beas vendrá Don Juan Luis que hasta ahora era el párroco de Isla Cristina. Recemos por él y recibámoslo como el Pastor que viene en el nombre del Señor»
Tras conocerse esta decisión las reacciones no se han hecho esperar a través de las redes sociales con textos tan bonitos como el de Lina García » Se nos marcha como vino, sin hacer ruido y con la paz de quien lo envía. Revitalizando la fe y el amor al Santísimo Sacramento y los frutos de la adoración constante. Su vocación es verdadera. Su entrega al sacerdocio es evidente y de todos los pastores que han pasado por Beas, usted ha sido el que ha mostrado y vivido lo que es la verdadera entrega al sacerdocio. En ningún momento abandonó la parroquia. Me parecía admirable esas caminatas al rededor del templo, para hacer ejercicio físico sin abandonar a la feligresía que pudiera necesitar de su guía. Dios le premiará por su labor y por acercar al Santísimo Sacramento del Altar casi todos los días a todas las ovejas de este pueblo. Nunca antes habíamos gozado de tantas adoraciones. Gloria a Dios por todas las gracias recibidas por el instrumento de las consagradas manos de su verdadero sacerdocio y gracias por su entrega completa. Ruegue por Beas, oraremos por usted.