Reflexiones Desde Mi Despacho
Isabel Leñero
Desde que era pequeña, cada 5 de Enero recuerdo la noche de Reyes.
En la tienda de mi abuela había una exposición de juguetes que todo el mundo venía a ver…eran muñecos preciosos que, como por arte de magia desaparecían esa misma noche.
Luego, sin saber cómo, cada uno llegaba a un niño distinto. Esa noche en casa de mi abuela había un trasiego inusual de personas…venian a la tienda de noche.
Nada raro en aquella epoca.
Estoy acostumbrada desde pequeña a ver los Reyes Magos con zapatillas de andar por casa, a medio arreglar y con cara de madre desesperada.
Los Reyes Magos son extraordinarios porque todos quieren ALEGRAR AL NIÑO, incluso al que ya no lo es tanto.
Hacen esfuerzos extraordinarios, como hicieron aquel primer año, cuando nació Jesús y dejaron todo para ir a adorarlo.
Buscan dinero donde no hay, se vuelven locos buscando el detalle perfecto, no dejan a nadie por detrás, siguen circulando de noche, y a escondidas por las casas…. SOLO QUIEREN UNA COSA: DAR AMOR a raudales.
Por eso,nunca me ha importado que los reyes se pareciesen a mi madre en camisón, ni que a medianoche, un rey que se parece a mi marido se tropieza con todo lo que hay por mi casa.
Nunca me ha importado a quién se parezcan los Reyes, si tienen barba o una melena a medio peinar, si llevan capa o pijama, porque en mi corazón siempre he sentido el amor que me tienen, no sólo la mañana de Reyes, sino todo el año.
He visto cómo sonríen si yo sonrío, y he visto como cada año me escriben una carta diciéndome lo mucho que me quieren.
Nada ha podido con mi ilusión de pequeña, esa ilusión que se renueva cada noche de 5 de enero.
QUERIDOS REYES MAGOS yo si creo en vosotros .. y os quiero un montón.