
Reflexiones Desde Mi Despacho
Isabel Leñero
Se acaban las fiestas…Un mes de idas, venidas, prisas, reencuentros, nostalgias y vivencias. Un mes en el que el tiempo se para y el mundo parece girar en torno a un pueblo y sus gentes.
Somos privilegiados…me atrevo a decir que somos escogidos. Porque en estos días uno se da cuenta de lo que realmente importa: La familia, los amigos, la alegría, la amabilidad, estar juntos y reírse a carcajadas a pesar de todo lo que llevemos a las espaldas.
Beas en Agosto es algo que muchos querrían tener.
He recibido muchas visitas en estas fechas y todas destacan lo mismo: LA ALEGRÍA, LA AMISTAD, LA GENEROSIDAD y LA FE de nuestras gentes.
Todo el mundo se lleva una sensación de plenitud cuando visita nuestra tierra.

Y es que solo pasa en Beas que chicos de otros países y religiones escolten a la Patrona a caballo el día 14.
Y es que solo pasa en Beas que venga un peregrino de fuera y se le atienda como el mejor de los huéspedes
Y es que solo pasa en Beas que el forastero puede subir a nuestras jaulas y andamios y quedarse en ellas como si fueran propias.
Y es que solo pasa en Beas ser “amable con el forastero” y “ abrirle encantado su casa”.
Y es cosa de los beasinos andar descalzos detrás de la Virgen, y llevarla a hombros, y decirle piropos a las 3 de la tarde.
Y es cosa de beasinos ver rodar lágrimas por las mejillas de los hombres más duros y hacer bailar a un Santo que es amparo y guía para los más descreídos.











