Desde el pasado lunes 8 de junio, la Residencia de Mayores “Virgen de los Clarines”, reabrió sus puertas a los familiares de los residentes, extremando las medidas de seguridad e higiene.
Los mayores tuvieron todo tipo de reacciones; sorpresa, enfado por creer que podrían salir a pasear con los familiares, lágrimas de emoción y de reencuentro, alegría y felicidad después de tanto tiempo sin recibir a quiénes más lo quieren. Sin duda, unos días muy bonitos, emotivos y de muchas sensaciones.
Estaban muy ilusionados, pues se pusieron sus mejores galas y pasaron por peluquería para recibir a su familia después de estos meses tan duros. Tanto familiares como residentes han sido muy comprensivos en todo momento por la situación y las medidas tomadas.
Los familiares acceden a la residencia desde el exterior y sin entrar nunca en la zona interior donde están los residentes hasta llegar a una sala habilitada para visitas. Se hacen controles de temperatura, desinfección de calzado y manos .
En la sala, hay instaladas unas mamparas que separan al residente y al familiar. Las visitas tienen una duración aproximada de una hora, y se registran en un libro de visitas para llevar un seguimiento de las personas que han visitado el centro.
La emoción de los Mayores tras la llegada de familiares se reflejan en sus rostros y en las conversaciones que mantienen entre ellos, donde cuentan sus experiencias con los más queridos.