Sebastián dedicó sus primeras palabras y su pregón a la persona que hizo que se quedara a vivir entre esas murallas, su esposa Maribel y a sus hijos.
Cruz dió un repaso a su 15 años vividos en Niebla , y dejó constancia de su fe y devoción a la Santísima Virgen del Pino, con versos como:
Madre del pueblo de Niebla
la que al mes de Mayo engrandece
como cuan Flor de Romero
adornando pinares verdes
protégenos con tu manto
a todo el que vino a verte
y al que no pudo venir
dale tu amor más ferviente
Madre mía Virgen del Pino
estrella y lírio celeste
protege siempre a tus hijos
madre de los iliplenses
con nosotros te llevamos
dentro del alma por siempre.