Aún y que la mañana comenzó con un frío intenso, a medida que transcurría el día fueron llegando paulatinamente los vecinos y vecinas de Beas a ocupar el espacio y llenarlo de calidez. Como siempre, reinó un plácido ambiente en el cual la gente pudo disfrutar del intercambio de experiencias y adquirir a precio solidario dulces típicos beasinos y marroquíes, libros, telas, cerámicas, manualidades, miel artesanal y productos ecológicos entre otros artículos.
En definitiva, el Mercadillo del Mercado se está convirtiendo -si no lo es ya- en un espacio amable y recurrente donde los habitantes de nuestro pueblo y aledaños cruzan sus caminos compartiendo y repartiendo valores tan necesarios como la solidaridad, la simpatía, la empatía, la gentileza, el altruismo y la unión entre semejantes.