Sara Oliva: «Beas es parte de mi»

PERSONAS

Este mes la sección de beasinas en otras tierras, que incluímos en nuestra revista, se desplaza hasta el pueblo de Regensburg en Alemania para conocer la historia de la joven Sara Oliva Borrero.

BEAS NOTICIAS-Cuéntanos un poco, ¿qué estás haciendo actualmente?

SARA OLIVA- Soy estudiante, estoy en mi cuarto año. Estudio el doble grado de Estudios Ingleses y Filología Hispánica en la Universidad de Huelva, aunque ahora mismo estoy en Regensburg, una ciudad del sur de Alemania (a una hora y media de Múnich), también estudiando.

BN-¿Cuándo y por qué te marchaste?

S- Me vine a Regensburg en octubre para empezar mi año de Erasmus. Aquí la universidad empieza a mediados de octubre, pero como estudiante de intercambio yo tenía que venir la primera semana del mes. Así que desde entonces estoy aquí.

BN- ¿Por qué elegiste ese lugar? ¿Tuviste en mente otros lugares?

S- Elegí venir a Regensburg porque estudio alemán desde primero de carrera (hace cuatro años) y principalmente quería poder mejorar mi nivel. Estuve barajando muchos otros sitios como Inglaterra o Escocia, pero no hubo suerte. De hecho, el curso pasado podría haberme ido a Atenas, también de Erasmus, pero tuve que cancelarlo por culpa del COVID.

BN-¿Cómo viviste esa experiencia?

S- Estar aquí me ha cambiado mucho, y lo agradezco. Hasta ahora, he pasado unos meses increíbles, con momentos muy, muy buenos, pero también momentos bastante difíciles. Estar tan lejos de casa te hace ver cuánto necesitas verdaderamente a tu familia y a la gente que te quiere.

Las primeras semanas aquí fueron complicadas, sobre todo para alguien como yo, que nunca ha vivido fuera de casa. Pero poco a poco fue mejorando todo, conocí a mucha gente, me fui de viaje, conocí a todas las personas con las que comparto piso (somos 6), aprendí a moverme por la ciudad sola… Después de Navidad fue todo un poco más complicado personalmente, pero gracias a mis padres, a mi hermana y a mi novio, además de todas las demás personas maravillosas que me han ayudado, cada día es un poco mejor.

La verdad es que me está gustando mucho vivir en Alemania, aquí la gente generalmente es muy amable, siempre dispuesta a ayudarte con lo que pueda. Vivir en una residencia de estudiantes también ha sido algo nuevo para mí. Mi residencia es básicamente un edificio de pisos compartidos. Yo comparto con otras 5 personas (cuatro chicas y un chico), todas alemanas. Al principio fue raro, porque son personas que no conocía y que, además, ya vivían aquí antes que yo y se conocían entre ellas. Pero bueno, poco a poco hemos ido conociéndonos y ahora nos llevamos muy bien. Nos cuidamos entre todas, incluso alguna vez hemos salido juntas de fiesta o hemos hecho fiesta o cena juntas en el piso.

BN-¿Qué dirías que te ha dado de bueno el lugar dónde estás?

S-Esta ciudad es preciosa y estar aquí me ha dado la oportunidad de hacer muchas cosas: conocer un país en el que no había estado nunca, vivir por primera vez fuera de casa, la independencia que eso te da… Pero las dos cosas más importantes para mí son lo mucho que he aprendido de alemán y de mí misma. Yo llegué aquí con un nivel de A2 de alemán y este cuatrimestre ya estoy apuntada al curso de B2 (los niveles son A1, A2, B1, B2, C1 y C2, siendo el C2 ya una persona completamente bilingüe).

BN ¿Con qué frecuencia visitas Beas?

S-Cada vez que vuelvo a España estoy allí, comiendo en casa de mis abuelos.

BN- ¿Te fuiste sola o con algún compañero o amigo?

S- A Regensburg vine sola, soy la única estudiante de Huelva que está aquí este año. Pero a Alemania vine con mi novio, una semana antes de que tuviera que entrar en la residencia de estudiantes donde vivo. Estuve con él una semana en Múnich y viajando por lo alrededores, pero después me quedé sola.

BN- ¿Qué añoras de Beas?

S- Mi familia, siempre mi familia. Soy una persona que valora mucho la familia, y más la mía, que es una piña. Se echa mucho de menos llegar a casa de mis abuelos y que empiecen a llegar mis primas hablando del cole, ir a ver a mi tito Sebastián a la tienda, ver a mi abuelo echándose una cabezadita después de comer… Y abrazar, eso se echa muchísimo de menos. Afortunadamente tenemos las videollamadas y podemos vernos, como dice mi abuelo “como si estuvieras aquí en el salón con nosotros”. Pero no poder abrazarlos lo echo mucho de menos.

BN- ¿Se valora más Beas cuando estás lejos?

S-Yo creo que sí, especialmente cuando estás en un país tan frío se echa de menos la calidez del pueblo. Además, mi aceite de Beas, por Dios, ¡que los alemanes cocinan con mantequilla! A mí me gusta mucho cocinar (mucho tiene que ver con mi abuela), y aquí es difícil encontrar un buen aceite que no sea carísimo.

BN- ¿Le hablabas a tus compañeros de Beas?

S-Por supuesto, además están todos ya invitados a la próxima vez que podamos hacer el camino de Clarines. De hecho, tengo que hacer una presentación para mi asignatura de conversación en alemán y voy a hacerlo sobre las fiestas de Beas, a ver si para la próxima procesión de San Bartolomé tenemos a visitantes nuevos.

BN-¿Por qué le dirías a alguien que tiene que visitar Beas?

S-Yo creo que Beas es un pueblo que tiene mucho que ofrecer, pero sobre todo diría que tienen que venir por las fiestas y por la comida de mi abuela Magdalena, que es la mejor cocinera del mundo.

BN- Personalmente, ¿qué es lo más te gusta de Beas?

SLo que más me gusta es que es parte de mí. Es el pueblo de mi madre, el sitio donde han crecido mis abuelos y la mitad de mi familia, el sitio donde mis abuelos se conocieron y se enamoraron. Beas es un pueblo muy cálido donde solo he encontrado buenas personas y gente con la que me lo he pasado muy bien en las fiestas. Además, me encanta el campo y el buen aceite.

BN-¿Quieres mandar un mensaje a los beasinos/as que te están leyendo? ¿A alguna persona especialmente?

S- Me gustaría animar a todo el mundo a salir, a enfrentarse a una aventura fuera de su zona de confort. Es muy típico decir algo así, pero de verdad que viajar y ver mundo te cambia la mente y el alma. No debemos pasarnos la única vida que tenemos arrepintiéndonos de no hacer lo que queremos o lo que nos hace felices.

También quiero decirles especialmente a mis abuelos que los quiero con todo mi corazón, que poder disfrutar de ellos es la mayor suerte tengo en la vida. Gracias por enseñarme tanto. Y a mi familia: gracias. Gracias por apoyarme y animarme a seguir adelante, y por quererme tanto y tan bien.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *