La Organización Mundial de la Salud, ya apuntó en 2015, que el consumo habitual de embutidos aumentaba hasta en un 18% el riesgo de padecer cáncer de colon, principalmente por el exceso de grasas saturadas. Circunstancia que también confirmaron el Cancer Epidemiology Biomarkers de Australia, en un estudio con más de 37 mil personas o un estudio aparecido en la prestigiosa revista científica estadounidense PLOS ONE, realizado en más de 130 mil personas, relacionando su consumo, de nuevo, con el cáncer de colon.
A todo esto hay que sumarle su exceso de sodio/sal, que puede derivar con problemas de hipertensión sometiendo a nuestro corazón a mucha presión. El exceso de grasas saturadas, las menos saludables, su exceso de calorías y su bajo nivel nutricional.
Además hay ciertos embutidos como el de jamón York o pavo, que encontramos en su composición apenas un 40-60% de ese pavo o cerdo, el resto es un cóctel de conservantes, colorantes, espesante… además de añadir azúcar, jarabes de glucosa, maíz, almidón de patata, lejos de ser un producto natural y saludable.