Ayer se cumplían 9 meses desde que Jorge Alamillo desapareciera por los alrededores de Candón. Un suceso que en todo este tiempo tiene conmocionado a todo el pueblo , además de como comprenderemos todos a su familia y amigos cercanos.
En todo este tiempo la familia se ha planteado muchas hipótesis pero, ya prefieren no pensar en ninguna más. Ya solo les queda esperar que desde las autoridades les den algún indicio o algún hilo del que tirar. «La Guardia Civil intentó investigar de nuevo por la zona entre martintilllo y el dique de Beas pero es una zona complicada. Estuvieron investigando con drones, según nos dicen, pero no pudieron ver la zona bien del todo por la maleza de la zona, que está muy sucia y no pudieron acceder bien«, nos decía su primo David Mora.
Con este titular comenzaba a escribir en su perfil Alfonso Romera una preciosa llamada llena de esperanza «Nada se cierra en la aldea cuando se sueña con que el amigo regrese. Aunque sepamos que la espera es incierta. Cuando la mente viaja entre los peores presagios, sus vecinos son capaces de buscar rendijas por las que entrever la esperanza. Pero son ya, nueve meses. Tiempo, en que el estudiante es capaz de superar un curso académico. Tiempo, en que se puede gestar una vida. Pero para la familia de Jorge, nueve meses son tan solo un tren de días, enganchados a otros días, viajando en un profundo desconsuelo.