Fermín Negre, sacerdote de la diócesis de Málaga, cantante, compositor y escritor visitó la Parroquia San Bartolomé el Lunes de Pascua, para compartir una charla titulada «Muéveme a la Resurrección».
Basándose en textos de su libro «Muéveme» ( que ya alcanza su tercera edición) compartió reflexiones sobre la resurrección a través de 4 textos del evangelio.
El primero de ellos se refiere a María Magdalena cuando fue a la mañana de la resurrección a ver la tumba del Señor. Ella estaba perdida, asustada, con miedo, como a veces nosotros, que actuamos como si Cristo no hubiera resucitado. Jesús le habla pero ella no lo reconoce. Como Magdalena, puede que no reconozcamos a Jesús en el otro, en la persona que tenemos delante, nuestros padres, nuestros hijos, las personas que cada día se tropiezan con nosotros.. Cuando Jesús la llama por su nombre, María Magdalena lo reconoce. Sintamos como Jesús nos llama por nuestro nombre.
El segundo texto se refería a Tomás, cuando tampoco estuvo presente cuando Jesús se apareció a los discípulos, y no creía en la resurrección el Señor. Jesús le mostró sus llagas.
El Resucitado tiene llagas y ahí es donde tenemos que resucitar: con nuestras llagas, con nuestras heridas, Jesús no quiere que ocultemos las heridas, sino que se las mostremos y la pongamos en sus manos y en su misericordia.
El tercer texto se refiere a la comunidad que se formó tras la resurrección. Jesús resucita en la comunidad, una comunidad está resucitada cuando está unida y Eso no significa que no haya roces. Fermín Nos contó la historia de los erizos «Había muchos erizos en un lugar muy frío y con nieve. Los erizos pensaron que para sobrevivir tenían que juntarse y darse calor. Pero al juntarse, se hacían daño unos a otros con su púas , entonces algunos decidieron separarse y murieron de frío. Tuvieron que elegir entre vivir juntos, aunque se hirieran o vivir separados y morir de frío. Eligieron lo primero y empezaron a aprender cómo hacerse el menor daño posible dándose calor «
El envío. Jesús, después de resucitarnos por dentro, nos envía a anunciarlo, como Sal , que hay que darla en su justa medida, si no hace que la comida esté salada. Como Luz, no como un fogonazo que deslumbra, sino como una luz que es capaz de alumbrar sin cegar.
Hay muchos más matices y experiencias que nos compartió en la tarde de ayer , pero es imposible resumir todo en un texto. Damos gracias a Fermín Negre y a Susana( miembro del grupo musical Ixcis) que amenizó la charla con sus cantos.