Confi(N)ada
por Marina Domínguez
Nos ha tocado vivir una pandemia mundial, circunstancia muy difícil en la que muere mucha gente. Podemos llamar guerra a esta situación pero no olvidemos las diferencias. No tenemos que matarnos, no tenemos que odiarnos, no tenemos que atacarnos, no tenemos que machacarnos, no tenemos que pensar todos igual pero todos deberíamos pensar y razonar antes de criticar. No hay motivo para echarnos los muertos en cara porque en esta guerra nadie mata a nadie y nadie quiere que nadie muera.
Es decisión propia de cada uno la forma de tomarse esta situación y, sobre todo, la forma de salir de ella. Podemos decidir ser más solidarios, más reflexivos, más objetivos, más curiosos, más comprensivos, más tolerantes…o podemos decidir salir de esta siendo todo lo contrario. Podemos decidir valorar más a quién tenemos que lo que tenemos, aprender a disfrutar de los pequeños placeres de la vida, dar gracias por tener un refugio como es nuestra casa…
Podemos decidir valorar la sanidad pública y luchar por ella junto a sus profesionales, aprender la importancia de la inversión en investigación, aprender la vulnerabilidad del ser humano y lo relativo de las fronteras o la gran mejora que en poco tiempo supone nuestra desaparición en el aire que respiramos…Podemos quedarnos con los gestos de buena fe que han tenido quieres se han ofrecido a hacer la compra a personas mayores o quienes se presentaron en los hospitales de campaña para ofrecer su trabajo gratuitamente… Podemos quedarnos, al menos, con quién antes de difundir una noticia se asegura de que no es un bulo… Podemos sacar algo bueno de la adversidad o convertirnos en una sociedad aún más indecente…